UTILIZANDO NUESTRAS INSTALACIONES

Los que están en duelo no están llamados a enfrentar la muerte aislados de otros cristianos. Pueden y deben ser sostenidos y defendidos por la comunidad cristiana. Cuando se ha producido una muerte, el ministro debe ser notificado inmediatamente, para que pueda ayudar a los dolientes a relacionar la realidad de la muerte con la realidad sustentadora de la comunidad cristiana y la esperanza de la que da testimonio. El ministro también debe esforzarse por notificar inmediatamente a los diáconos apropiados, para que puedan ayudar a la familia según sea necesario. Si el ministro no está disponible, entonces se debe llamar a uno o más miembros del personal de la iglesia o Ancianos para que sirvan hasta que llegue el ministro.

El pastor de la iglesia debe ser el segundo después de la familia en enterarse de la muerte de un miembro de la iglesia. Nuestros pastores también buscan fervientemente saber de aquellos entre nosotros que están muriendo y necesitan consuelo o consejo. Al involucrarse desde el principio en situaciones de muerte reciente o inminente, pueden ayudar enormemente en las difíciles decisiones de transición y en los arreglos del servicio funerario o conmemorativo. Si van a participar ministros externos en el servicio, la familia debe buscar la guía y aprobación del pastor principal de SVPC. No hay cargo por el servicio de los pastores de SVPC para los miembros de la iglesia. Sin embargo, si hay ministros externos involucrados en el servicio, la familia debe compensarlos adecuadamente por su tiempo y gastos.

El servicio debe llevarse a cabo ordinariamente en el santuario, el lugar apartado para la adoración corporativa de Dios. El ministro y otros que sean debidamente invitados a participar estarán a cargo exclusivo del servicio. El edificio de la iglesia en sí es el lugar apropiado para un funeral cristiano. Aquí es donde adoramos todos los domingos. Aquí es donde bautizamos a los niños, celebramos el matrimonio y nos reunimos en la mesa del Señor. Aquí estamos rodeados de símbolos de la fe cristiana. El edificio de la iglesia brinda recordatorios concretos de que estamos rodeados por “una gran nube de testigos” y apoyados tanto por el amor y la gracia de Dios como por la preocupación y compasión de la familia de la fe. No hay cargo para los miembros por el uso del santuario para los servicios funerarios.

1. Puede haber un servicio en la iglesia con el ataúd o la urna presente, seguido de un breve servicio junto a la tumba.

Los métodos cristianos de disposición del cuerpo son el entierro, la cremación o la donación con fines médicos. Un ataúd o urna no necesariamente tiene que estar presente en el funeral o servicio conmemorativo y un entierro separado es una opción apropiada.

El servicio, que debe realizarse con dignidad y sencillez, es testimonio del amor de Dios dado a todas las personas, un amor que fortalece y sostiene incluso en medio del dolor. Es un testimonio de la promesa de Dios en Jesucristo, atestiguada por la resurrección de Cristo de entre los muertos, y de la esperanza segura y cierta de que Cristo ha ido a preparar un lugar para los Hijos de Dios. El Servicio de Testimonio de la Resurrección es un servicio de adoración para glorificar a Dios y consolar a los vivos. Aunque el agradecimiento y el honor deben expresarse a Dios por la vida y el testimonio del difunto, el enfoque de la adoración está en Dios.

El objeto propio del servicio es el culto de Dios y el consuelo de los vivos. El ataúd, si está presente durante el servicio, normalmente está cerrado. El ataúd puede estar cubierto con un paño mortuorio. El paño mortuorio puede tener la forma de flores o una gran tela que cubra el ataúd. Es simbólico del hecho de que en Cristo estamos “revestidos” de gracia. En Cristo nos despojamos del viejo hombre y nos vestimos de una nueva creación. Al cubrir el ataúd, el manto expresa simbólicamente la convicción cristiana de que todas las personas son iguales a los ojos de Dios. Si la familia elige usar un paño mortuorio, las flores del ataúd se quitarán cuando el ataúd entre a la iglesia y el paño mortuorio cubrirá el ataúd durante el servicio. Después de la bendición, cuando se retira el ataúd de la iglesia, se vuelve a colocar el palio floral sobre el ataúd. Los “paños” aceptables serían la bandera estadounidense para aquellos que han servido en el ejército o en una oficina gubernamental, u otras cubiertas solicitadas por la familia y consideradas apropiadas por el ministro.

La familia del difunto se sentará al frente del santuario, en el pasillo central derecho, frente al Presbiterio. Se debe tener cuidado para asegurar que la familia inmediata, y especialmente los parientes más cercanos, estén sentados cerca del pasillo central del segundo banco y que se reserve un número adecuado de bancos para garantizar que todos los miembros de la familia estén sentados cómodamente. Los portadores del féretro activos deben sentarse en el segundo y tercer banco a la izquierda del pasillo central, de cara al Presbiterio. Los portadores del féretro honorarios deben sentarse a la izquierda del pasillo central, mirando hacia el Presbiterio, comenzando con el cuarto banco y continuando hacia atrás según sea necesario.

Debe ponerse énfasis en las lecturas de las Escrituras para la declaración de la esperanza cristiana, y cualquier lectura o música adicional debe examinarse cuidadosamente para asegurarse de que sea consistente con la afirmación bíblica del poder de Dios sobre la muerte. Como expresión de su fe común, es apropiado que los reunidos se unan al canto de himnos que declaran la fe en la vida eterna. Se puede predicar un sermón que también dé testimonio del difunto y hacer una intercesión por los familiares y otros seres queridos que están de duelo. El servicio termina encomendando al difunto al cuidado del Dios eterno y enviando al pueblo con una bendición. El servicio será completo en sí mismo, y los ritos fraternos, cívicos o militares deberán celebrarse por separado.

Si es conveniente para la familia, el comité funerario brindará una recepción en el atrio antes o después del servicio. Se servirá ponche y galletas. El comité de funerales debe ser notificado, si es posible, de la hora y el lugar de cualquier comida que vaya a ser abastecida o proporcionada por un grupo externo, ya sea en la iglesia o en la casa de un miembro de la familia.

Los servicios funerarios en los que los ministros y/o el director de música de la Iglesia Presbiteriana de Spring Valley no estén involucrados requerirán que un coordinador funerario, asignado por la iglesia, asista al funeral. Esta persona estará disponible para responder preguntas y asegurar el uso de la Iglesia Presbiteriana de Spring Valley de acuerdo con esta política y cualquier política de uso de las instalaciones.

Organista $250

Las tarifas adicionales asociadas a los servicios funerarios para los no miembros están cubiertas en la Política de uso de las instalaciones de la Iglesia Presbiteriana de Spring Valley. Todas y cada una de las tarifas pueden ser eximidas o ajustadas a discreción del Consistorio o del ministro SVPC participante.